Viajar a la India, ha sido para mí una experiencia que no podré olvidar jamás; yo digo que es un viaje que llena los sentidos ¡¡y el alma!!
Dice la leyenda que te enamora o lo detestas; os puedo asegurar que he vuelto completamente enamorada, sí, de los colores tan vivos y bonitos de los saris que las indias lucen con una elegancia innata, y de las flores que con tanta destreza anudan y anudan entre hilos, que adornan así las majestuosas trenzas de unos cabellos tan negros que peinan con delicadeza, de los mandalas de bienvenida en los portales de las humildes casitas y templos, también de los olores, como no, maravilla de especias guisadas sin fin en platos de arroz y tantos otros picantes y gustosos, de la luz, de la música que invita a la meditación o a la danza más sensual y sobre todo de la gente, gente sencilla, hospitalaria dentro de su pobreza, que llevan con una dignidad ejemplar. Todo esto y mucho más, que por mucho que lo explique es difícil resumir.
Si todas estas emociones ya son de por sí un regalo, el regalo más valioso para mí en este viaje ha sido volar a Bombay y poder ver o, mejor dicho, vivir, en primera persona la gran labor humanitaria de Sonrisas de Bombay.
Dice la leyenda que te enamora o lo detestas; os puedo asegurar que he vuelto completamente enamorada, sí, de los colores tan vivos y bonitos de los saris que las indias lucen con una elegancia innata, y de las flores que con tanta destreza anudan y anudan entre hilos, que adornan así las majestuosas trenzas de unos cabellos tan negros que peinan con delicadeza, de los mandalas de bienvenida en los portales de las humildes casitas y templos, también de los olores, como no, maravilla de especias guisadas sin fin en platos de arroz y tantos otros picantes y gustosos, de la luz, de la música que invita a la meditación o a la danza más sensual y sobre todo de la gente, gente sencilla, hospitalaria dentro de su pobreza, que llevan con una dignidad ejemplar. Todo esto y mucho más, que por mucho que lo explique es difícil resumir.
Si todas estas emociones ya son de por sí un regalo, el regalo más valioso para mí en este viaje ha sido volar a Bombay y poder ver o, mejor dicho, vivir, en primera persona la gran labor humanitaria de Sonrisas de Bombay.
En cuanto entras en las oficinas, tienes la sensación de que estás como en casa, tan lejos y tan cerca, pues Sonrisas de Bombay te acoge con un abrazo amigable y cálido que te hace sentir que les quieres desde siempre.
Todo es un ir y venir, todo son risas, risas muy especiales, las de los niños y niñas entusiasmados y frágiles, que llegan limpios y pulcros a las guarderías, donde las maestras les esperan no sólo para enseñar sino también para mimar y educar. Todos ellos provienen de los slums, laberintos de casitas hechas con las manos y con todo tipo de antilogías, vulnerables a cualquier tormenta y a la mano de la miseria.
Aquí, justo aquí, y en las escuelas que he podido visitar, guarderías, también el hospital donde se atienden las máculas más incipientes de la lepra, y en los nuevos proyectos, es donde se percibe tanta dedicación y entrega, el espíritu de Sonrisas de Bombay, ¡¡el Amor!!
Gracias por vuestra acogida, por el trabajo y dedicación, y por mostrarme cómo, a través del amor a los otros, podemos ser mejores personas, y cómo dice Jaume Sanllorente, alma de Sonrisas:¡¡Ojos que no ven, corazón que no siente!!!
Berta Baulenas
Miembro de Sonrisas de Bombay
Todo es un ir y venir, todo son risas, risas muy especiales, las de los niños y niñas entusiasmados y frágiles, que llegan limpios y pulcros a las guarderías, donde las maestras les esperan no sólo para enseñar sino también para mimar y educar. Todos ellos provienen de los slums, laberintos de casitas hechas con las manos y con todo tipo de antilogías, vulnerables a cualquier tormenta y a la mano de la miseria.
Aquí, justo aquí, y en las escuelas que he podido visitar, guarderías, también el hospital donde se atienden las máculas más incipientes de la lepra, y en los nuevos proyectos, es donde se percibe tanta dedicación y entrega, el espíritu de Sonrisas de Bombay, ¡¡el Amor!!
Gracias por vuestra acogida, por el trabajo y dedicación, y por mostrarme cómo, a través del amor a los otros, podemos ser mejores personas, y cómo dice Jaume Sanllorente, alma de Sonrisas:¡¡Ojos que no ven, corazón que no siente!!!
Berta Baulenas
Miembro de Sonrisas de Bombay
MUY BUENISIMAS SONRISAS DE BOMBAY MEXICO!!!
ResponderEliminarSIEMPRE DA MUCHO ANIMO CUANDO UNO LEE LOS COMENTARIOS DE LAS PERSONAS QUE VISITAN SONRISAS DE BOMBAY!!!
MIL GRACIAS POR COMPARTIRLO!!!
LO MEJOR DE LO MEJOR DE .... Y EN ABUNDANCIA, SIEMPRE!!!
P.D.LAe