Hoy les proponemos conocer mejor a uno de los miembros del equipo de Bombay, Nilratan Shende, en esta entrevista nos explica un poco sus experiencias vitales y sus motivaciones.
¿Cuéntanos tu historia?
Nací en Raipur, Chattisgarh, y nos trasladamos a Pauni, que se encuentra en Maharashtra, donde pasé toda mi niñez hasta mi graduación. Mis padres siguen viviendo allí.
Después de graduarme en Biología, empecé a explorar otras opciones de carrera. Yo siempre me había inclinado hacia el desarrollo social, así que empecé a prepararme para el examen de ingreso en el TISS (Instituto Tata de Ciencias Sociales). El trabajo duro valió la pena, ya que entré en el Máster de Trabajo Social.
Me gradué en 2002 y he tenido la oportunidad de trabajar en diversas áreas de desarrollo como por ejemplo: el reasentamiento y la rehabilitación; la educación; la salud; el empoderamiento de las mujeres; la defensa de los derechos de los niños; y también la de los derechos de los intocables y marginados.
¿Con que obstáculos te has enfrentado en tu vida?
Las experiencias y la socialización que vives dejan una fuerte huella y marcan tu personalidad y reacciones. A lo largo de mi infancia y más tarde, tuve que escuchar comentarios despectivos sobre mi casta. Fui discriminado por esta razón. La gente tenía prejuicios sobre mí, me aislaron en la escuela y me miraban con desprecio. Incluso he perdido varias oportunidades profesionales por mi casta. Mis experiencias me llevaron a conocer al Dr. Babasaheb Ambedkar, un gran reformista que trabajaba por el empoderamiento de los intocables. Cuanto más leía acerca de su lucha y el trabajo sobre la emancipación, más se encendía en mí la chispa que me motivaba a esforzarme para tener éxito. Así que me he tomado las dificultades y el rechazo como una oportunidad para demostrar mi valía. Y dejo que mis acciones hablen por si solas para acallar la crítica y la humillación.
¿Cómo te sientes en Bombay?
Llevo en Bombay cerca de una década. Me encanta esta cultura cosmopolita, las oportunidades, los desafíos, el ritmo de trabajo y la aceptación de la gente.
Odio el hambre, la malnutrición, la enfermedad y las desigualdades sociales que me rodean. Estoy decepcionado con el desinterés del Estado en la educación y el poco espacio que estas cuestiones ocupan en las agendas de los partidos políticos.
¿Qué necesita Bombay para mejorar la vida de sus ciudadanos?
• Promover el acceso a la vivienda y un modelo integrador
• Minimizar las diferencias entre ricos y pobres
• Mejores opciones para ganarse la vida
• Más espacios públicos
• Las escuelas BMC están cerrando y esto está obligando a los estudiantes de grupos sociales vulnerables a abandonar prematuramente los estudios. El Gobierno debe garantizar la educación para romper con el círculo de la pobreza y proporcionar una vida digna.
¿Cuál es tu trabajo en Sonrisas de Bombay?
Llevo seis meses trabajando aquí. Como Director de Proyectos mi trabajo pasa por; impulsar el trabajo en red con otras ONG; identificar contrapartes locales; detectar las necesidades de diferentes grupos locales; investigar, avaluar el impacto, proponer y conceptualizar proyectos de desarrollo; y ejecutarlos según las líneas marcadas por la Dirección General, así como realizar el seguimiento y la evaluación de estos.
¿Qué te motiva?
Me motivan los desafíos en el campo del desarrollo. Los desafíos de las desigualdades, las violaciones de derechos humanos, la pobreza y de la importancia de ser respetuoso con la cultura de las personas con las que trabajas. Creo que mi experiencia me ayudará a contribuir al crecimiento de la organización.
Más importante aún creo que es intentar alterar los indicadores de desarrollo como la educación y la salud, y trabajar estrechamente en cuestiones relacionadas con la desigualdad, la injusticia y la violación de los derechos humanos. A cambio, el aprendizaje que obtengo de mi trabajo y, especialmente, de Sonrisas de Bombay me ha ayudado a realizarme como profesional.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
La intervención que conduce al cambio social, educacional y económico. Y lo más importante, las sonrisas en las caras de las contrapartes y los beneficiarios.
Texto y fotografías: Sonrisas de Bombay
