Hoy, queremos dividir con ustedes un bonito testimonio que nos ha enviado una de nuestras visitas y qeu ahora es también voluntaria en España.
"Fue el mes de septiembre del año 2010 cuando cumplí mi sueño de ir a la India, un país que hacía más de 20 años que quería visitar pero que distintas circunstancias de la vida hacían que el viaje no llegara nunca. Así pues un 3 de septiembre de 2010 pude cumplir mi sueño, viajé acompañada de mi amiga Gabriela al sur y a la Fundación Vicente Ferrer. Cuántas emociones y sensaciones, fue una experiencia fantástica y regresé a casa feliz de haber vivido aquella experiencia.
Los ojos de aquella gente, sus sonrisas y la experiencia de ver personas que quieren un mundo mejor para ellos y para los suyos y que quieren compartirlo, hizo que al cabo de un mes de haber regresado me plantease colaborar con una ONG con proyectos en la India y… empecé a pensar en volver de nuevo a la India.
Envié el CV a Sonrisas de Bombay y a la Fundación Vicente Ferrer explicando lo que sabía hacer y mi disponibilidad horaria y al cabo de pocos días ya estaba hablando con Isabel de Sonrisas de Bombay sobre cómo podría colaborar.
En paralelo me rondaba por la cabeza volver a India, ahora Bombay, y qué mejor excusa si encima ¡estaba colaborando con Sonrisas de Bombay! Se lo comenté a mi marido – he de decir que sin su apoyo no hubiera podido ni podría hacer nada de lo que estoy haciendo – y le expliqué mi intención de volver a la India, que quería visitar Bombay y los proyectos de Sonrisas. Al mismo tiempo tenía unos deberes para hacer: leerme el libro de Jaume “Jaume mejor tarde que nunca y.. ¡cuántas coincidencias!”
Así pues este mes de marzo, justo cuando legalmente por temas de visado podía irme, volví a la India. ¡Qué nervios esta vez iba sola! Pero visitaría Mumbai Smiles, podría conocer la organización con la que estaba colaborando y ver los proyectos que realizan y si tenía suerte podría dar un abrazo a Jaume.
Llegas a Marol Maroshi Road y ves un edificio gris con un cartel que destaca de color rosa: Mumbai Smiles, solo con esto ya te sale la sonrisa. Te registras y subes a la última planta. Te recibe Claudia, te presenta el proyecto de Sonrisas y ¡vamos! salimos a ver los milagros/trabajos. Antes pero, preguntas si está Jaume…aún no ha llegado. ¿Tendré suerte y lo veré hoy?
Antes de salir Claudia nos informa que están haciendo un video institucional de Mumbai Smiles y que si no nos importa nos filmaran. ¡Qué orgullo! Estoy en Mumbai, voy a visitar los proyectos de Sonrisas y saldré en el video, ¡esto sí que es suerte!
Vamos unos pisos más abajo y nos enseñan unos espacios que utilizan como guarderías. Lo primero que noto es la alegría de aquellos niños y niñas y de las profesoras; ¡tan pequeños y ya saben cosas en inglés! - cuando el idioma de Mumbai es el marathi-. Después de escuchar unas canciones y bailar un poco bajamos hasta abajo para coger un coche que nos llevará a un slum para visitar un balwadi. Durante el trayecto Claudia nos explica un poco cómo se vive en Mumbai, cómo desde Sonrisas consiguen acercarse a la gente de los slums, cómo consiguen crear un balwadi – digo crear ya que no sólo es construir sino que suponen muchas más cosas - . ¡Todo un reto!: convencer a los padres para que escolaricen al niño/a, convencer al hombre para que deje trabajar a su esposa, convencer a los líderes de los slums para que les dejen un espacio…¡Cuánta negociación!
Llegamos al slum, nos sacamos los zapatos y entramos en el balwadi. Unos 25 niños y niñas y dos profesoras nos están esperando; nos cantan, nos enseñan lo que están aprendiendo, nos miran, cantamos juntos… ¡cuántos ojos brillantes y cuántas hora de trabajo hay invertidas!. Al cabo de un rato de disfrutar de aquella joven y alegre compañía nos vamos a visitar una escuela “High School” con la que Sonrisas colabora. Más niños y niñas, más alegrías, educación y disciplina y un sentimiento de convivencia y tolerancia entre ellos, desconocido por muchos de nosotros. Hay muchas religiones, niveles sociales y castas pero conviven alegremente. Nos recibe la directora, nos explica los proyectos y podemos visitar algunas aulas.
Ya de vuelta hacia la sede de Mumbai Smiles Claudia nos explica otros proyectos con los que Sonrisas de Bombay colabora como el centro de lepra, el hospital....¿Todo esto en sólo 5 años? ¡Con la de burocracia y negociación que creo hay! ¡Mucho hemos de aprender de ellos!
El regreso a la sede de Mumbai Smiles emocionante: ¡Pude dar un abrazo a Jaume!
Aquí dejo mi testimonio de lo que he visto en Mumbai, aunque no soy capaz de expresar con palabras las emociones, los sentimientos, la experiencia de haber conocido in situ los proyectos, el haber “tocado” aquello por lo que estás colaborando y en lo que crees. El valor del trabajo en equipo, conocer gente que quiere ayudar, gente que se deja ayudar, personas que luchan por un futuro mejor y personas imaginativas que con pocos recursos consiguen grandes sonrisas.
Este escrito es para todas las Sonrisas ya que gracias a su aportación: trabajando, dando, ofreciendo, pensando, ideando… hacen que haya un mundo mejor. Las coses bien hechas y con amor siempre dan su fruto y de aquí saldrán jardineros, químicos, médicos, peluqueros, artistas de Bollywood, cocineros, deportistas, profesores,…..y todos tendrán y serán SONRISAS.
Mariona Ferrer
Voluntaria Sonrisas de Bombay - Barcelona